Pensamiento científico
Cómo reducir incertidumbre y riesgo en la gestión de productos digitales
¡Hola, soy Omar! 👋 Esta es la segunda edición gratuita de Pensar Mejor de Apuntes de producto. Aquí exploro cómo cuestionar y mejorar nuestra forma de pensar y tomar decisiones, tanto como profesionales de producto como personalmente.
Tiempo de lectura: alrededor de 7 minutos.
El trillado concepto “producto mínimo viable” ha perdido el sentido con el que fue popularizado por Eric Ries en el contexto del ciclo de feedback crear-medir-aprender del método Lean Startup publicado en 2011.
Hoy es común ver el término utilizado de manera superficial y aplicado simplemente a la primera versión de un producto digital, sin una clara definición de qué componentes de viabilidad se pretenden evaluar, e intentando hacerlo escalable desde el primer momento.
Esto ha llevado a una sobresimplificación del término, perdiendo de vista la esencia que subyace del producto mínimo viable como un modo de trabajo continuo con un enfoque científico para obtener aprendizajes, evitar el derroche y minimizar riesgos en la organización.
Además, la medición se realiza como una etapa posterior a la construcción del producto, en lugar de una parte del diseño inicial, habiendo definido claramente las hipótesis a validar. La falta de definición previa de métricas lleva a la recolección posterior de datos incoherentes, irrelevantes o sesgados, buscando una “confirmación”.
Lo más preocupante es la escasa atención prestada a la última fase de aprendizaje, ya que algunos equipos parecen enfocarse en la consecución del éxito exclusivamente a través de la construcción y lanzamiento de un producto.
Hoy te comparto mis apuntes para que tomes mejores decisiones desde la perspectiva del pensamiento científico en el que se apoya la verdadera esencia del producto mínimo viable.
Los orígenes
Antes de la antigua Grecia, el conocimiento se transmitía principalmente de forma oral y escrita dentro de la familia y la comunidad.
Aquella narrativa se basaba en relatos mitológicos, leyendas, cuentos y poemas que a menudo incorporaban explicaciones mágicas sobre la naturaleza y el cosmos y se transmitían de generación en generación como herencia cultural.
Sin embargo, los primeros filósofos griegos cuestionaron aquellas formas tradicionales de conocimiento y empezaron a desarrollar métodos de razonamiento más objetivos.
Aristóteles fue uno de los primeros filósofos griegos en desarrollar un método sistemático de razonamiento basado en la observación. En su obra Metafísica, definió la ciencia como “el conocimiento de las causas”.
El método científico se fue desarrollando gradualmente a lo largo de la Edad Media y el Renacimiento, y se consolidó en el siglo XVII con el trabajo de científicos como Isaac Newton y Galileo Galilei, entre otros.
Hoy en día se usa el método científico en todas las áreas de la ciencia (física, química, astronomía, geología, biología, etc.) y en multitud de otros campos como ingeniería, tecnología, etc.
El método científico
El método científico es un proceso formado por conjunto de pasos con el objetivo de generar conocimiento objetivo y fiable.
Se puede resumir en cinco pasos:
Observación: se observa un fenómeno que se quiere estudiar.
Formulación de hipótesis: se formula una hipótesis, que es una posible explicación del fenómeno observado.
Experimentación: se diseñan y llevan a cabo uno o más experimentos para probar la hipótesis y se recolectan datos.
Análisis de datos: se analiza los datos obtenidos en los experimentos para determinar si la hipótesis formulada es correcta o no.
Conclusión: se llega a una conclusión sobre la hipótesis, aceptándola, rechazándola o adaptándola para un nuevo estudio.
Además, las principales características de un método científico válido son:
La reproducibilidad y repetibilidad: los resultados de un experimento deben poder ser producidos por otras personas utilizando las mismas condiciones y procedimiento.
La falsabilidad: la hipótesis formulada debe ser susceptible de ser refutada o contradicha por la evidencia.
El método científico llega a las startups
En 2005, el empresario y académico
publicó la metodología Customer Development en su libro Four Steps to the Epiphany.Según su análisis, el modelo de lanzamiento de nuevos productos que se empezaba a instaurar en las startups y vigente desde el siglo XX, cuando fue desarrollado en el sector industrial, contenía varios errores, destacando los siguientes:
Suponer lo que quiere el cliente.
Creer saber qué características debía tener el producto.
Concentrarse en una fecha de lanzamiento.
Poner énfasis en la ejecución en lugar de hipótesis, pruebas, aprendizaje e iteración.
La metodología Customer Development está formada por cuatro pasos, donde los dos primeros (descubrimiento de clientes y validación de clientes) se centran en convertir la visión y modelo de negocio en una serie de hipótesis para ponerlas a prueba y convertirlas en hechos y confirmar posteriormente si el modelo de negocio es repetible y escalable.
El objetivo principal es evitar el desperdicio de recursos y minimizar el riesgo de fracaso.

El objetivo del descubrimiento de clientes es justo lo que su nombre indica: averiguar quiénes son los clientes de tu producto y si el problema que crees que estás resolviendo es importante para ellos.
Más formalmente, este paso consiste en descubrir si las hipótesis sobre el problema, el producto y el cliente de tu plan de negocio son correctas.
Para ello, hay que dejar atrás las conjeturas y “salir del edificio” para saber cuáles son los problemas de alto valor de los clientes, qué aspectos de tu producto resuelven esos problemas y quiénes son específicamente tus clientes y usuarios.
Steve Blank en Four Steps to the Epiphany.
En 2011, Eric Ries, tras llevar años escribiendo en su blog Startup Lessons Learned, publicó el método Lean Startup como respuesta a las dificultades que enfrentaban las startups en aquel momento y que había identificado durante su experiencia como emprendedor.
También creía que el enfoque de gestión “planificar, construir y lanzar” de grandes empresas vigente desde el siglo anterior, era ineficiente y arriesgado, ya que ese modelo requería que las startups invirtieran una gran cantidad de tiempo y dinero en desarrollar un producto completo antes de lanzarlo al mercado.
Una vez lanzado, si el producto no satisfacía las necesidades de los usuarios, la startup podía haber perdido mucho dinero.
Desarrolló un método para mejorar la tasa de éxito de nuevos productos basándose en algunas ideas previas de gestión y desarrollo de producto, incluyendo:
Lean Manufacturing.
Pensamiento de diseño.
Customer Development de Steve Blank.
Desarrollo ágil.
Y aplicando a todo lo anterior, un enfoque científico para tomar decisiones con el objetivo de ayudar a las startups a reducir el riesgo de fracaso, llevando a cabo experimentos frecuentes que permitieran probar las ideas.
Usando el conocimiento científico como criterio, se pueden identificar y eliminar las fuentes de derroche que están asolando la actividad emprendedora.
En el modelo del método Lean Startup, cada producto, característica, campaña de marketing, todo lo que hace la startup, se concibe como un experimento diseñado para alcanzar el aprendizaje validado.
Eric Ries en el libro Lean Startup.
En 2012,
publicó su libro Running Lean e introducía el concepto falsabilidad del método científico en el mundo de los negocios.No basta con declarar resultados por adelantado. Hay que hacerlos falsables, es decir, que se pueda demostrar que son erróneos.
Es extremadamente difícil invalidar una teoría vaga. La falsabilidad es necesaria para evitar caer en la trampa inductiva, en la que reunimos la información suficiente para convencernos de que tenemos razón.
Ash Maurya en el libro Running Lean.
En 2013, Jeff Gothelf publicó el libro Lean UX, donde abordaba el uso del enfoque científico para validar suposiciones sobre el producto digital, haciendo hincapié en el cambio de paradigma de la clásica definición de requisitos a hipótesis que era necesario validar.
Tenemos que reconocer que la mayoría de los requisitos no son más que suposiciones expresadas con autoridad.
Si eliminamos la autoridad, el exceso de confianza y la arrogancia de la conversación, nos quedamos con la mejor suposición de alguien sobre la mejor manera de alcanzar un objetivo de usuario o resolver un problema empresarial.
Somos creadores de productos digitales, por lo que admitir humildemente que solo se trata de nuestras mejores intuiciones o suposiciones genera, de forma inmediata y explícita, el espacio necesario para el descubrimiento de productos.
Si comprendemos como equipo que el trabajo que estamos realizando es arriesgado precisamente porque no podemos predecir el comportamiento humano, sabemos que parte de nuestro trabajo tendrá que incluir experimentación, investigación y reelaboración.
Reduzcamos nuestro apego a las ideas y creemos una cultura de equipo más dispuesta a ajustar el rumbo, incluso a dejar de trabajar en una idea que sigue resultando inviable.
Jeff Gothelf en el libro Lean UX.
En 2015, Dan Olsen publicó The Lean Product Playbook para cubrir las lagunas de conocimiento a las que se enfrentaban muchas personas que querían crear un producto utilizando los principios de Lean Startup.
El marco, que yo llamo la pirámide Product-Market Fit, se descompone en cinco componentes clave: el cliente objetivo, las necesidades desatendidas del cliente, la propuesta de valor, el conjunto de características y el diseño de la experiencia del usuario (UX).
Cada uno de ellos es en realidad una hipótesis comprobable.
Dan Olsen en el libro The Lean Product Playbook.
En 2019, los autores de los libros Business Model Generation y Value Proposition Design, David J. Bland y Alexander Osterwalder, publicaron el libro Testing Business Ideas: A Field Guide for Rapid Experimentation en el que explican cómo la comprobación sistemática de las ideas de negocio puede reducir drásticamente el riesgo y aumentar las probabilidades de éxito de cualquier nueva empresa o proyecto empresarial.
Para poner a prueba una gran idea de negocio, hay que dividirla en trozos más pequeños de hipótesis comprobables.
Estas hipótesis cubren tres tipos de riesgo. En primer lugar, que el cliente no esté interesado en tu idea (deseabilidad). Segundo, que no puedas construir y entregar tu idea (factibilidad). Por último, que no puedas ganar suficiente dinero con tu idea (viabilidad).
Las hipótesis más importantes se ponen a prueba con los experimentos adecuados. Cada experimento genera pruebas y conocimientos que te permiten aprender y decidir.
En función de las pruebas y las conclusiones, adaptas tu idea si te das cuenta de que ibas por mal camino, o sigues probando otros aspectos de tu idea si las pruebas apoyan tu dirección.
David J. Bland y Alexander Osterwalder en el libro Testing Business Ideas.
En 2021,
publicó el libro Continuous Discovery Habits en el que explica un enfoque estructurado y sostenible para el descubrimiento continuo.Puede que muchos de nosotros no tengamos formación científica, pero, para hacer bien los descubrimientos, necesitamos aprender a pensar como científicos, identificando suposiciones y reuniendo pruebas.
en el libro Continuous Discovery Habits.
El pensamiento científico para la toma de decisiones
El pensamiento científico es una habilidad que puede ser cultivada por cada uno de nosotros y nos empuja a la curiosidad constante, a poner a prueba nuestras ideas y a tener una mentalidad abierta al fracaso a nuevas opciones, liberándonos de nuestras opiniones o creencias personales en busca de entender el mundo un poco mejor.
Más allá de seguir, simplemente, las archiconocidas fases de construir, medir y aprender definidas en el método Lean Startup, como profesionales de producto debemos incorporar la esencia del pensamiento científico a nuestro trabajo, separando el qué hacemos del cómo lo hacemos.
Ya sea para construir un experimento, prototipo, minimum viable product, minimum loveable product, minimum marketable product, minimum marketable feature, etc., es importante que enfoquemos nuestro trabajo con una mentalidad científica, fomentando la observación, la formulación cuidadosa de hipótesis previa, la experimentación rigurosa, el análisis de datos y el aprendizaje continuo.
Ese modo de pensar nos permitirá reducir la incertidumbre y el riesgo de dedicar demasiado tiempo a construir algo que no impacte positivamente en la empresa en la que trabajamos y en los usuarios del producto, reconociendo nuestra ignorancia.
Recursos adicionales interesantes 🧠
Science is Strategy, Lean Startup Co. Education Program.
Founders, Apply the Scientific Method to Your Startup, HBR (2020).
Why Thinking Like a Scientist Is Good for You, Greater Good (2021).
Act Like a Scientist, HBR (2022)
Stop saying MVP, Jeff Gothelf (2023)
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Omar.
Excelente lectura matutina, para reactivar conocimiento y poner en marcha en el día a día. Gracias por compartir Omar. Impecable.
Me ha encantado este post, esta bien saber de donde viene estos frameworks y lo conectados que estamos con las bases que se crearon cientos de años atrás.